En la espera
de que salga a la venta Algo sucede, su
séptimo disco de estudio, citamos a esta cantante tijuanense en un café para
conversar sobre su carrera, su optimismo, su relación con la música y su nueva producción,
que, como siempre, promete ser un gran trancazo.
El año
próximo se cumplirán 20 años desde que Julieta salió de su natal Tijuana rumbo
a la Ciudad de México. Quería empezar una carrera como solista, luego de haber sido
la voz principal de Tijuana No!, un grupo que fusionó el rock, el punk y el ska
en la década de los noventa, y cuyo mayor éxito fue “Pobre de ti”, una canción
compuesta por la propia Julieta y el baterista Alejandro Zúñiga. Aun con ese
antecedente y con el hecho de que la compositora y cantante contaba con el nada
despreciable apoyo de Café Tacuba, era imposible saber qué tan lejos llevaría
sus aspiraciones. Hoy por hoy, tras haber puesto a circular seis discos de
estudio (el séptimo verá la luz unas semanas después del cierre de esta
edición), uno de recopilación y otro más en vivo, se estima que la tijuanense ha
logrado vender más de diez millones de copias en todo el mundo, además de haber
ganado un Premio Grammy y cinco Grammy Latinos hasta el momento.
Mi encuentro con ella
La veo en
un café situado al sur de la Ciudad de México, una zona que le gusta y conoce
bien porque es en la que vive. Desde que nos presentan y damos cauce al
protocolo correspondiente, advierto los rasgos agradables de su personalidad.
Son rasgos que recuerdo haberle conocido hace tiempo, seguramente en alguna
entrevista que llegué a ver por televisión: Julieta tiene esa sencillez y
naturalidad que por lo general uno solo encuentra en personas que no son
figuras públicas, y a quienes conoce desde hace tiempo; en este sentido, es
excepcional.
¿Qué ha cambiado en ti desde que empezaste a hacer
música hasta hoy, que estás por cumplir 45 años de edad y 20 de carrera como
solista?
El cambio
principal creo que tiene que ver con que antes, cuando escribía canciones con
mi banda, eran todas combativas. Ya cuando empecé a hacer canciones para mí
sola, en el piano, fue distinto. Todavía me acuerdo de la primera canción que
compuse… (risas) ¡era súper cursi! Se llamaba “Esta imaginación”… te podrás
imaginar de qué trataba.
¿Hace cuánto fue? ¿Recuerdas cuántos años tenías?
15 o 16
años, pero para mí fue muy importante. Aunque ahora me parezca muy cursi
también me doy cuenta de que era muy importante para mí empezar a expresar ese
tipo de cosas. De cuando tenía 17 años hay una canción que sigo tocando porque
todavía me gusta: se llama “Esta vez”. Me recuerda aquella época.
¿Eres muy nostálgica?
No, nada,
pero de repente regresar a ese momento, repasarlo, es padre. Darte cuenta de
cómo han pasado las cosas y descubrirte en un lugar que nunca te habías
imaginado... pero no, no soy nada nostálgica. De hecho, creo que esas crisis
que dan por otras épocas tienen que ver con sentir que no estás aprovechando el
tiempo, y a mí no me pasa eso, afortunadamente.
¿Eso significa que estás muy activa?
Muy activa
y con muchos planes, que me parece muy importante. Tengo ganas de hacer muchas
otras cosas relacionadas con la música, aunque no necesariamente canciones que
salga a tocar. El año pasado, por ejemplo, hice la música para una obra de
teatro, música instrumental; algo que hace mucho no hacía, y me encantó volver
a hacerlo. También tengo ganas de hacer un musical, de producir a otra gente… hay
muchas cosas, el problema es que siempre termino haciendo otro disco y saliendo
de gira, pero la inquietud se mantiene, y eso me parece muy importante.
¿Por qué haces música?
Hago música
porque tengo la necesidad de expresarme y mucha curiosidad por ver qué pasa si
junto una cosa con otra. En el estudio me la paso combinando cosas y viendo qué
surge… cuando me siento a componer frente al piano sigo teniendo la misma
sensación de incertidumbre sobre lo que va a pasar, y me gusta. No sé qué me sucedería
si perdiera la capacidad de escribir; seguramente tendría un tipo de crisis
porque para mí escribir tiene que ver con aligerar las cosas, entender la vida,
las cosas que pasan o que no pasan.
¿Qué disfrutas más: el proceso creativo o las giras?
Ahora que
tengo a mi hija me gusta más el proceso creativo porque puedo estar en mi casa.
La gira, aunque tiene un lado súper bonito que me encanta, siempre lloro antes
de irme porque me cuesta mucho separarme de ella. Es muy difícil esa parte, y
creo que cualquier mamá que tenga que trabajar lo siente, y aunque yo trabajo
en algo que disfruto mucho, y soy muy privilegiada, igual sigue siendo muy duro;
hay algo que te jala a estar todo el día con tu hija: llevarla a la escuela, a
sus clases… Ella a veces me dice: “No te vayas, no quiero que trabajes”, y a mí
me encantaría pero le digo: “Alguien en esta casa tiene que trabajar, tú eres
menor de edad y pues… me toca a mí”.
Hablando de tu más reciente disco, ¿qué crees tú
qué está sucediendo?
No sé… ¡pero
ese es el chiste! Saber que siempre puede pasar algo, que siempre puede venir
algo que te sorprenda o que te ayude a aprender algo nuevo; siempre hay una
lección que puede venir en camino, y eso yo lo veo como algo positivo: hay que
estar siempre a la expectativa, despierto, para poder tomar las cosas que nos
toque tomar.
Leí por ahí que calificas tu nuevo disco como
“luminoso”, ¿qué quieres decir con eso?
Lo que pasa
es que, para mí, Los momentos, que es
mi disco anterior, es algo oscuro, porque tiene poca presencia de instrumentos
acústicos, y para mí los instrumentos acústicos representan algo muy colorido.
Pero la verdad es que me cuesta mucho definir mis discos con una sola emoción
porque ya no creo en el blanco y negro: en que está triste o está alegre. Este
disco tiene alegría, tiene encuentros, pero también tiene tristeza profunda,
tiene cuestionamientos… tiene de todo.
¿Es como una buena novela, que tiene personajes
complejos?
¡Ojalá!
(risas) Sí… exacto: cuando escribo intento abrir la paleta cada vez más en
cuanto a las emociones que pueda expresar, es una búsqueda constante. Hay gente
que me ha preguntado si este disco es más personal… en realidad todos han sido
muy personales, pero creo que éste tiene más colores.
¿Y qué nos puedes decir sobre la producción? Algo
sucede es tu primer disco independiente…
Sí, aunque
es independiente entre comillas porque lo estoy distribuyendo con mi disquera
de siempre, que es Sony. Pero bueno… es un disco con mucha instrumentación
acústica, como te decía. Trabajé en dos canciones con Jaques Morelenbaum, un
gran arreglista de cuerdas con quien trabajé en el unplugged. Además lo produje en Buenos Aires y en la Ciudad de México,
y para mí tiene lo mejor de los dos mundos: por un lado está Cachorro López, y
por otro Yamil Rezc, con quienes ya había trabajado en diferentes ocasiones. Con
Yamil grabé en mi estudio, con mis músicos, y luego me fui a Argentina con
Cachorro. Con él estructuré canciones, grabé todas las voces y luego nos fuimos
a hacer la mezcla con Héctor Castillo en Nueva York… o sea que se formó un
equipo en el que se juntaron varias cosas que me gustan de la personalidad de
cada uno de los productores con los que había trabajado.
En cuanto a las letras, me llama la atención tu
segundo sencillo, “Explosión”, que habla sobre los desaparecido en México. Como
figura pública, ¿te sientes comprometida a ser portavoz de estos temas?
No, no es
que me sienta comprometida. Efectivamente, en este disco se colaron un par de
canciones sobre México, pero no las escribí respondiendo a un compromiso, sino
porque me tocan directamente y siento una gran necesidad de expresar mi
impotencia, mi frustración y mi tristeza en una canción. Y no es que piense que
esas canciones vayan a cambiar las cosas pero al menos puede poner a dos
personas a hablar sobre un tema que me parece importante no ignorar.
No sé si me equivoque, pero algunas de las cosas que
has dicho en esta conversación me hacen pensar que eres una persona optimista.
¿Eres optimista en cuanto a la realidad del país?
Sí, en
general soy optimista, pero francamente es muy difícil ser optimista con la
realidad nacional. Creo que estamos en un momento muy complicado como país. No
sé si en algún momento había estado todo tan feo: la corrupción, la desigualdad
social tan grande… y me parece muy importante tomar conciencia de que somos
nosotros quienes construimos este país, nadie lo hizo por nosotros, nosotros
hemos elegido esto que tenemos y es necesario que todos participemos en una
reconstrucción. El problema es que nadie sabemos por dónde empezar ni qué nos
toca hacer.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario