sábado, 11 de julio de 2015

Soluciones imaginarias para llevar

Artículo publicado en la Revista de Interjet, julio 2015.

Triciclo Rojo es la única compañía en México que se atreve a fusionar el clown con artes plásticas, animación y danza contemporánea. Como resultado, el público tiene acceso a mundos fantásticos que lo llevan a descubrir el gran poder de la imaginación.



Leyendo Rayuela, de Julio Cortázar, Emiliano se topó un día con la palabra “patafísica”. Al principio pensó que era una ocurrencia del escritor argentino, como tantas otras; sin embargo, hubo algo en el vocablo y en los conceptos con los que se relacionaba, que lo llevó a investigar un poco más al respecto. Fue así como llegó hasta Alfred Jarry, autor de la novela Gestas y opiniones del doctor Faustroll, patafísico, y creador de esta ciencia paródica enfocada al estudio de las soluciones imaginarias y las leyes que regulan las excepciones. Emiliano se sintió fascinado con ese universo que acababa de descubrir, pues sentía que su propia vida, al igual que la de Triciclo Rojo, era resultado de una serie de acontecimientos excepcionales en cadena. Pilar Campo, productora de la compañía, entra en detalles: “Aunque no teníamos dinero, y todos nos decían: ‘Es que es muy difícil… es que lo que tú haces no va a encontrar espacio… es que… es que…’. A pesar de todos esos ‘es que’, hemos ido logrando poco a poco lo que nos propusimos hace casi diez años; por eso decimos que vivimos en el terreno de las excepciones, donde las cosas ocurren contra los pronósticos. Triciclo Rojo nació gracias a una serie de pequeños milagros; se construyó desde la patafísica”.

¿Cómo nació Triciclo Rojo?
Emiliano Cárdenas estudió Danza Clásica en la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea, y la carrera de Intérprete de Danza de Concierto en la Academia de la Danza Mexicana. Por otro lado, aprendió técnicas de clown durante una estancia en Copenhague, Dinamarca, al lado del emblemático Alfredo Rastelli, quien se dedicó a ser payaso durante más de 70 años sin interrupciones.
Para el 2004, Emiliano había hecho varias giras importantes como bailarín en diferentes partes del mundo, con presentaciones en teatros llenos, formando parte de distintas compañías, algunas de ellas bastante prestigiosas. Paralelamente, había llevado la magia del clown a las calles de Oaxaca y Chiapas. Sin embargo, esta especie de doble identidad le generaba una inquietud que no lo dejaba sentirse del todo satisfecho. “Por un lado, sentía lo poético del clown, su potencia, el poder evocativo de sus imágenes y todas las referencias sobre la fragilidad humana –explica él mismo–. Por otro lado, podía sentir todo lo que representa el bailarín: la precisión, la fortaleza, la perfección… pero me parecía que muchas veces con la danza no alcanzaba ese punto tan íntimo y tan emocional que alcanzaba con el clown. Entonces se me ocurrió crear un concepto en el que pudiera hacer ambas cosas a la vez, y así se sembró la semilla para que en mayo de 2006 naciera Triciclo Rojo”.
Para Pilar Campo, esa primera semilla para que Emiliano empezara a consolidar su propuesta y diera pie al consecuente nacimiento de Triciclo Rojo, fue Vola en silente mundo, un monólogo que él mismo escribió y montó con Natalia Cárdenas como directora de arte. “Cuando me dijeron que Emiliano estaba haciendo una obra en la que actuaba al mismo tiempo como bailarín de danza contemporánea y clown, dije: ‘¡¿Qué es eso?! ¡Yo lo tengo que ver!’. No me lo imaginaba, sobre todo porque, de alguna manera, me parecían personajes contradictorios. Cuando vi la obra me enfrenté con un universo totalmente inesperado, algo que no había visto antes y me conquistó completamente. Fue cuando dije: ‘Yo tengo que hacer algo con ellos’”.
Una vez que terminó la gira de Vola en silente mundo, Emiliano y Natalia emprendieron un viaje de varios meses a la India que resultaría determinante para lo que estaba por venir. El plan surgió a partir de una beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) que ganó Emiliano, cuyo objetivo era enviar al artista con el fin de que creara allá un nuevo guión. “Acababa de salir de la universidad, así que era un momento en el que necesitaba encontrar en el mundo un eco de esa curiosidad que lleva a la creación –comenta Emiliano–. Y fue ahí, en la India, donde terminé de conectar con la idea de hacer arte para niños, y escribí Historias en V planivuelo, que fue un parteaguas para mí. Al terminarla, me acuerdo que pensé: ‘Esto tiene que ir más lejos… no se puede quedar solo como un guión ni como un montaje; esto debe ser el inicio de algo más grande’. Para entonces ya tenía en mente formar mi propia compañía”.

El despegue
Mientras reviven los capítulos más importantes en la historia de Triciclo Rojo, Emiliano y Pilar coinciden al señalar el 2008 como un año determinante. Aunque tenían apenas dos años como compañía, lograron llevar Historias en V planivuelo nada más y nada menos que al Palacio de Bellas Artes; y no solo eso, además consiguieron un lleno total en las dos funciones, lo que para ellos significó un paso gigantesco, tanto en sus carreras individuales como en la trayectoria de la compañía. “Hasta la fecha sigue siendo el máximo recinto teatral en el país, y aunque todo mundo quiere presentarse ahí, son muy pocos los mexicanos que lo han logrado a la edad que nosotros teníamos en ese momento (entre 26 y 28 años), y además con una obra propia”.
            Sin embargo, el éxito obtenido en ese par de presentaciones trajo consigo una sensación agridulce para Natalia, Emiliano y Pilar: por un lado, sentían que su trabajo por fin estaba recibiendo el nivel de reconocimiento anhelado, y eso los llenaba de felicidad; por otro, les preocupaba no contar con un soporte económico lo suficientemente sólido para seguir produciendo aquello para lo que se sentían llamados. “Fue un momento decisivo para nosotros porque nos dimos cuenta de que, aunque estuviéramos en el teatro más importante de México, necesitábamos un soporte financiero que no teníamos hasta entonces –apunta Emiliano–. Eso nos hizo pensar en la necesidad de documentarnos, ir a cursos de fondeo, estructurar una oficina… en pocas palabras, habernos presentado en Bellas Artes nos hizo entender que necesitábamos profesionalizarnos cuanto antes”.

Creando soluciones imaginarias
Más de un maestro (incluyendo varios de gran prestigio) llegó a decirle a Emiliano que no veía en él habilidades para ser clown. La principal razón de ello era que se negaba a hacer piruetas y malabares. “No es que no me gustaran los trucos: sí los hacía, los practicaba… en mi primer viaje a Europa, incluso, me traje un monociclo que se llama Napoleón y todavía conservo; pero para mí andar en una sola rueda representa más un símbolo que un truco: para mí significa materializar un sueño. En general, lo que hace Triciclo Rojo tiene más que ver con el mundo de las ideas que con el de los trucos, y esto nos ha distanciado mucho del circo y del clown convencional. Nosotros pensamos más en las emociones y los pensamientos que pueden provocar lo que presentamos, sobre todo en los niños, que son unos receptores increíbles”.
            ¿Y cuáles son esas ideas y emociones que a Triciclo Rojo le interesa transmitir a su público infantil? “Nos enfocamos mucho en transmitir a los niños que sus ideas sí valen, y valen tanto como las de los inventores más grandes de la historia, ya que ahí está la esencia de lo que de adultos van a construir. Mientras que en el mundo de los adultos se tiende a descalificar a los niños: los callan, los ignoran, los corrigen, en Triciclo Rojo intentamos crear espacios fantásticos, en donde la imaginación esté presente en todo momento, y gracias a la cual puedan encontrar una solución a sus problemas”.
            Y es así como nos encontramos con las soluciones imaginarias a las que hace alusión la patafísica. Sí, la vida es dura, pero en vez de elegir el sufrimiento podemos elegir darle la vuelta en busca de una solución imaginaria. Las cosas simples que tenemos a nuestro alrededor, a nuestro alcance, pueden ser suficientes para construir un mundo de posibilidades usando la imaginación y la creatividad, pues, como dice el lema de Triciclo Rojo: “Cuando imaginas todo es posible”. 

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