Artículo publicado en la revista Interjet, abril 2015.
Floyd Joy
Sinclair, conocido también como Floyd Mayweather Jr, Pretty Boy o Floyd Money
Mayweather, aparece vestido de amarillo con negro dando hachazos a un enorme
tronco caído. Durante 30 segundos, el boxeador no hace más que impactar el
hacha contra la madera, sin pronunciar palabra ni dirigirse a la cámara que
registra sus movimientos. El propio Mayweather hizo circular este video a
través de su cuenta de Twitter, para que luego fuera compartido cualquier
cantidad de veces, tanto por usuarios particulares de redes sociales como por
diversos medios representantes de la prensa internacional. Pero ¿cómo una pieza
tan simple como ésta logra viralizarse a tal grado? Existen tres factores
determinantes: A. El leñador es en realidad uno de los mejores y más famosos boxeadores
del mundo (si no el que más, en ambos casos). B. La práctica nos remite a los
entrenamientos de Rocky, el protagonista de la saga de películas sobre boxeo más
taquillera en la historia del cine. C. Cuando el video se hizo público (el
pasado 16 de marzo) faltaban 47 días para que Floyd “Money” Mayweather enfrentara
a Manny “Pac-Man” Pacquiao, un duelo que tardó más de cinco años en concretarse
y al que los especialistas han llegado a referir como “la pelea del siglo”.
Cuento de nunca acabar
La primera vez
que se mencionó la posibilidad de que estos dos peleadores se encontraran sobre
el ring fue en diciembre de 2009. Por las características y logros
alcanzados por parte de ambos peleadores, ningún otro duelo se antojaba tan
intenso y espectacular como el que protogonizarían estos dos titanes, así que
la reacción de los aficionados no se hizo esperar.
La pelea, según lo anunció la cadena de televisión ESPN, se realizaría el 13 de marzo del año por venir. Se especuló, incluso, que llegaría a generar la mayor derrama económica en la historia del boxeo, con cálculos de hasta 300 millones de dólares. Sin embargo, todo se vino abajo a finales de ese mismo mes, al no llegar a un acuerdo sobre cómo realizar las pruebas antidopaje antes y después del encuentro.
El 13 de mayo de 2010, Bob Arum, dueño de Top Rank, promotora del filipino, volvió a hablar públicamente sobre un posible enfrentamiento. Un mes después, Oscar de la Hoya, dueño mayoritario de Golden Boy Promotions, aseguró que las negociaciones estaban por concluir favorablemente. Sin embargo, el tiempo transcurrió sin que los planes se concretaran y, nuevamente, todo quedó en meras especulaciones.
En septiembre de 2010, cuando nadie entendía por qué las promotoras no podían llegar a un acuerdo, Mayweather complicó aún más las cosas al publicar en internet un video lleno de insultos hacia Pacquiao. “Vamos a cocinar a ese pequeño tonto amarillo”, dijo. “Una vez que destroce al enano, haré que ese hijo de puta me haga un rollo de sushi y me cocine un poco de arroz”. En el video, además, el estadounidense volvió a acusar al filipino de utilizar sustancias ilegales para mejorar su rendimiento, algo que ya había hecho a principios de ese mismo año, y le había valido una demanda por difamación.
Hasta que un día…
Así se fue
yendo el tiempo –y los mejores años de ambos pugilistas–, hasta que el pasado 27
de enero, mientras se llevaba a cabo un partido de la NBA en la American
Airlines Arena, casa del Miami Heat, las cámaras de FOX captaron a estos dos
boxeadores entre el público: Mayweather ocupaba un asiento junto a la banca del
equipo local; Pacquiao se encontraba cerca de la banda contraria, casi enfrente.
Quienes esa noche estuvieron en la arena o vieron el partido por televisión,
fueron testigos de cómo, al término de la primera mitad, el estadounidense se
dirigió hasta donde se encontraba el filipino para darle la mano e intercambiar
unas palabras con él.
Apenas unas semanas después, luego de que, por fin, el 20 de febrero se anunció como un hecho que la pelea se llevará a cabo el próximo 2 de mayo, el filipino aseguró que aquel encuentro fortuito resultó ser uno de los factores decisivos para llegar a un acuerdo sobre las condiciones del duelo; otro, aseguró determinante, fue su humildad: “(La pelea sucederá) porque estuve de acuerdo en que la repartición fuera 60-40% –comentó en entrevista con Michele Beadle, de HBO–. Gracias a ello, esta pelea es una realidad”. Y es que, en su calidad de invicto, Mayweather exigió como parte del trato que, al momento de repartir las ganancias, hubiera un “lado A” y un “lado B”. Pacquiao, finalmente, aceptó tal condición y con ello hizo posible lo que desde 2009 no se había podido concretar.
De pronósticos reservados
Después de
tantos años subiendo al ring como el rival a vencer, esta vez Manny Pacquiao
figura como “el débil” de la contienda. Esta circunstancia, sin embargo, parece
no incomodar en lo más mínimo al filipino, sino todo lo contrario. “Es bueno no
ser el favorito –declaró el mes pasado en una entrevista para CBS Sports–. Me
ayuda mucho a enfocarme en entrenar. Siento como si estuviera comenzando otra
vez”.
Una vez que se hizo oficial el combate, los principales portales de apuestas en el mundo colocaron a Mayweather con una ventaja de 3 a 1; es decir, para ganar 100 dólares había que poner 300 en juego. Al cierre de esta edición, esa aparente superioridad inicial se ha reducido a 2.25 a 1, lo que significa que, para ganar 100 dólares, solo es necesario poner en juego 225 (por otro lado, 100 dólares a favor de Pac-Man se convertirían en casi 190 de ganancia según los momios actuales).
Quienes ven en Mayweather mayores posibilidades de acreditarse el triunfo, supondrán que logrará imponer su impecable técnica para eludir el daño para luego lastimar a su rival en un feroz contraataque; quienes se decantan por Pacquiao, pensarán que aún mantiene algo de esa velocidad mortífera que mostró hace unos años, y podrá franquear la férrea defensa del norteamericano. Pero, más allá de lo que pueda deducirse al analizar la trayectoria de ambos pugilistas y ver los momios en las casas de apuestas, lo más sensato sería entender esta pelea, la pelea del siglo, como de pronóstico reservado.
Oro y esmeraldas
En la pelea se
defenderán tres títulos de peso wélter: el del Consejo Mundial de Boxeo (WBC) y
el de la Asociación Mundial de Boxeo (WBA), que pertenecen a Floyd Mayweather;
y el de la Organización Mundial de Boxeo (WBO), que pertenece a Manny Pacquiao.
Por ello, Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo, mandó
diseñar un cinturón especial, con incrustaciones de esmeraldas y las siglas WBC
en oro de 24 kilates, para al vencedor. El valor de la faja se estima en casi
un millón de dólares.
Pelea millonaria
- Aunque el MGM Grand Garden Arena solo tiene capacidad para 16,800 espectadores, se espera que el combate se convierta en el evento deportivo más lucrativo de la historia debido al costo de las entradas.
- La página GoTickets.com empezó ofreciendo el boleto más barato en 3,749 dólares y en 22,500 el más caro, en ringside. Tres semanas después, el asiento menos costoso había llegado a los 5,525 dólares, mientras que los pases para ringside se habían agotado.
- En Ticketstogo.com, el asiento más caro, en ringside, llegó a costar 101,250 dólares a mediados de marzo, lo que equivale a más de un millón 500 mil pesos mexicanos.
- Mayweather Promotions y Top Rank esperan recaudar 50 millones de dólares en taquilla.
- Se estima que la bolsa a repartir entre los boxeadores alcance los 200 millones de dólares, de los cuales, el 60 % (120) correspondería a Mayweather y 40% (80) a Pacquiao.
- En cuanto a la transmisión de la pelea, estará a cargo de HBO y Showtime, en modalidad pago por evento, y se estima que llegará a más de 3 millones de hogares. Considerando que el costo oscilará entre 90 y 100 dólares, se puede calcular una ganancia aproximada de 300 millones de dólares bajo este concepto
- En lo que respecta a México, al cierre de la edición todo parece indicar que tanto Televisa como TV Azteca llegarán a un acuerdo para transmitir la pelea en televisión abierta.
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